La experiencia del Taller 1: "Aprendidendo a Convivir"

Taller 1: “Aprendiendo a convivir”

En este segundo año del Proyecto, el primer taller se denomina "Aprendiendo a convivir" y  su objetivo es: “Fortalecer los vínculos en las relaciones intrafamiliar del adulto mayor participante.”

El taller se desarrolla a través de técnicas participativas y de reflexión que permiten a los adultos mayores profundizar en el fortalecimiento de los vínculos con sus familias. Se inicia con una bienvenida y una breve introducción acerca de la importancia de la convivencia familiar.  A continuación se realiza una dinámica “rompe hielo” llamada “los refranes”. Para esta actividad se reparten tarjetas que contienen una parte de un refrán y se solicita a los participantes que busquen a la persona que tenga la otra parte del refrán. En parejas deben compartir: su nombre, con quién vive y qué expectativas tiene del taller.

A continuación se divide a los participantes en dos grupos y se entrega una hoja con el dibujo de una casa, en cada parte de la misma deben responder las siguientes preguntas:

En la puerta principal: los nombres de los componentes del grupo que se ha formado.

En las Ventanas: ¿Con quién vive?

En las paredes: ¿Qué actividades comparte con la familia?

En el Techo: ¿Cómo es la relación entre los miembros de su familia?

En el jardín: ¿Qué quisiera mejorar en la relación con su familia?

Se comparte en grupos las respuestas del dibujo, y se realiza una plenaria en la que se hice énfasis en la relación al interior de la familia y los aspectos a mejorar. Haciendo una analogía con una casa, se invita a los participantes a reflexionar sobre la importancia de contar con un techo en el que cobijarnos, el mismo que se asemeja a la relación con nuestra familia, que nos protege. Un jardín bien cuidado embellece la casa, es por esto que se invita a los adultos mayores a cuidar la relación con sus familiares y a mejorar aquello que no está bien.

Para reforzar estas reflexiones, se entrega a los participantes un mazo de barjas con conductas positivas y negativas:

Positivas: seguridad, amor, comprensión, respeto, paciencia, bondad, comunicación clara, tolerancia, confianza, amabilidad, cooperación.

Negativas: Falta de respeto, desmotivación, desconfianza, incomunicación, falta de atención, maltrato, agresividad.

Los participantes escogen entre todas esas conductas dos positivas y dos negativas con las cuales responden las siguientes preguntas:

¿Con qué frecuencia se presentan las conductas negativas?

¿Con qué frecuencia se presentan las conductas positivas?

¿Por qué creemos que suceden las conductas negativas?

¿De qué manera creen que las conductas positivas pueden ayudar a superar las conductas negativas como familia?

Esta técnica permite profundizar sobre las realidades dentro del hogar y valorar las conductas positivas que tenemos como familia, para superar las dificultades que se puedan presentar. Se invita a los adultos mayores a ser portadores de este mensaje en sus familias.

Finalmente, se entrega una hoja de compromiso, en el cual se comprometen a mejorar ciertas actitudes negativas y a reforzar las positivas de igual manera.

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Andrea Mejía, estudiante de cuarto ciclo y facilitadora de los talleres, considera que durante la ejecución del taller 1 en los distintos clubes se cumplió el objetivo planteado, ya que los participantes se mostraron predispuestos y aptos para realizar las actividades. También lograron reflexionar sobre las conductas que dañan la relación con la familia y se comprometieron a mejorarlas.

“Al principio del taller se notaron un poco los nervios, pero a medida que avanzaba ya tanto nosotras las facilitadoras, como los adultos mayores íbamos entrando en confianza y ellos nos brindaban esa seguridad.  Nosotros generamos esa confianza para que los participantes pudieran abrirse con nosotros y contar como es la convivencia en su familia.  De los participantes pudimos aprender la tolerancia y el amor que tienen para realizar cada cosa, a pesar de algunos de ellos tener o haber sufrido algún tipo de percance siempre están con una actitud positiva, predispuestos a ser mejores y a seguir aprendiendo” (Mejía, 2018).